El riesgo 0 no existe

29/06/2015
 

El riesgo 0 no existe

 
No nos engañemos. El Riesgo 0 no existe, ni ha existido nunca, ni existirá  (y si existiera, sería ineficiente a un coste infinito).
Pero vamos a centrarnos en este mensaje, El riesgo 0 no existe. Y además este mensaje “terrorífico” lo podemos extrapolar a cualquier ámbito bien en el personal –desde cualquier actuación cotidiana- o bien en el ámbito empresarial –por el propio concepto de empresa, no hay empresa sin riesgo-. De hecho no creo que sea necesario poner ejemplos; pero también vamos a quitar miedo el riesgo 0 no es necesario.
 
Por lo tanto, Paso 1, Paso Previo, Paso Preliminar. Lo primero de lo primero: hemos de determinar cuál es el riesgo que queremos asumir, cual es riesgo con el que queremos convivir. Y cual es la situación de partida.
 
Esta es la acción más difícil. Porque, ¿somos capaces de saber cuáles son los riesgos a los que estoy expuesto?.
Tipos de riesgos: 
  • Los que conozco.
  • …pero sobre todo los que no conozco.
  • Los genéricos.
  • …pero sobretodo los específicos de mi empresa.
  • Los coyunturales (en base a la situación).
  • ..pero sobretodos los estructurales de mi negocio.
  • Los “tradicionales“.
  • …pero sobretodo los “nuevos” riesgos.
  • Los que me pueden afectar económicamente.
  • …pero sobre todo los que pueden condicionar la viabilidad futura de la empresa (no sólo por el impacto económico, sino por sus repercusiones reputacionales, legales / penales, en la organización / en las personas).
  • Los del corto plazo (generalmente más “conocidos”).
  • …pero sobre todo los de medio y largo plazo.
  • Los impactos en mi entorno inmediato.
  • …pero sobretodo el impacto en mis stakeholders (en mis accionistas, pero también socios, clientes, proveedores, personal interno, otros agentes de interés), tanto presentes (quizás me conozcan) como sobretodo potenciales (con los que desarrollar acciones comerciales y / o de negocio en un futuro).
  • Los riesgos tecnológicos.
  • …pero sobretodo los no tecnológicos (aquellos con los que convivimos diariamente).
y….además teniendo en cuenta… 
  • Con que frecuencia.
  • Quiénes son los agentes (provocadores, mitigadores).
  • Cómo lo mido / cuantifico (en términos económicos, legales / penales, reputacionales).
  • Cómo me preparo.
  • Elementos internos y externos.
  • Con que recursos cuento / necesito.
Aunque quizás sirva como reflexión aspectos que habría que considerar:
  • Es necesario tener una visión objetiva y externa que complete el aspecto subjetivo interno.
  • Enfoque adecuado a la situación concreta para modularlo en función de las necesidades.
  • Visión global que permita también una actuación local.
  • Especialización o profesionalidad específica en el proceso de identificación, adecuación, cuantificación, implantación y seguimiento.
  • Conocimiento de los principales impactos, riesgos y evolución de los mismos (estado del arte del conocimiento).
  • Experiencia previa en implementaciones en organizaciones de diversos sectores y tipología.
  • Conocimiento de los supervisores / reguladores normativos en los ámbitos correspondientes.
Quizás esta pequeña reflexión nos lleve a la conclusión de que en este ámbito vale la pena una buena colaboración. Pues bien….manos a la obra.
  • ¿Vamos a hacer un buen posicionamiento inicial?.
  • ¿Vamos a dormir tranquilos?.
  • ¿Vamos a conocernos mejor y…a mejorar?.
Quizás sea bueno disponer de un socio de referencia para hacer un análisis particular para ofrecer propuestas personalizadas de mejora, de valor añadido, con un reflejo claro en la Cuenta de Resultados de la empresa en cuestión.